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domingo, 5 de mayo de 2013

PEÑA RUEDA


PEÑA RUEDA


Esta gran montaña asturiana, sin duda precisa más presentación. Desconocida por mi, hasta que Alfredo de P3000, me propuso acompañarles a Patxi y él a su cima. Investigué un poco, y enseguida me quedé prendado de esa magnífica cara norte, donde destaca la cresta nordeste llamada también el cuchillar de Rueda.




Peña Rueda se encuentra al sur de consejo de Quirós, dominando los enclaves de Cortes y Lindes por el este y Ricabo y Bueida por el oeste, si bien estos, quedan bastante más lejos. Al sur de la montaña, los puertos de Agüeria, donde se encuentra uno de los mayores bosques de acebo de Europa, le separan de las altas cumbres del macizo de ubiña. Hacia el oeste la depresión del valle del río Ricabo, le separa del macizo de Sobia, con cimas de más de 2000 mts. Hacia el oeste, el propio valle del río Lindes, la separa del cordal de Lena, de alturas más modestas. Y por último hacia el norte, una profunda depresión que delimita su cara norte, le separa de las modestas alturas del macizo de Cariza.

 
Así tenemos una montaña ciertamente solitaria, y muy cercana a las mayores alturas de la cordillera cantábrica al oeste de Picos de Europa. su aspecto desde Aciera, le da indudablemente el aspecto de una enorme montaña, muy superior, en principio, a los 2152 metros que tiene. 


Las fotos anteriores están sacadas desde las cercanías del refugio de Perueño,  lugar estratégico para la escuela de escalada de Quirós, que se encuentra en las paredes que dominan este enclave, y donde dormimos el sábado, a la espera de iniciar la ascensión el domingo.

Durante el paseo que dimos antes de cenar aproveché para sacar varias fotos:




Y una panorámica con el pico Gorrion sobre el embalse. Al fondo y en el centro destaca el fulgor blanco de nuestro objetivo de mañana:



 Tras una noche mejor de lo esperado, nos levantamos a las 5 de la mañana. La idea es tratar de comenzar a andar a las 6 de la mañana, en la previsión de que nos toque abrir huella. Finalmente no cumplimos con el pronóstico, y no empezamos a andar hasta las 6 y 25, con los frontales. No hace casi frío, lo cual puede resultar un incordio por la nieve. No obstantes cargamos con los crampones y el piolet.

Desde el pueblo, hay que seguir el camino que sale en dirección sur. Al poco, un cartel indica un desvío, izquierda a los puertos de Agüeria, por donde tenemos pensado volver,  a la derecha, indica hacia la Peña Rueda. Al cuarto de hora de haber empezado a andar, el amanecer despunta hacia el este:


Llegamos a una zona abierta, es Manín bajo


Junto a un murete de roca, aparecen las primeras montañas nevadas


Entramos en un tramo de bosque muy embarrado, tratando de ir buscando la traza más seca:


Llegamos a un desvío, donde un hito nos indica claramente hacia la derecha


Hasta esta puerta que cruzamos:


Primeros tonos rosas y rojizos sobre el cielo:


A partir de aquí remontamos por un precioso bosque. Esta primera parte la estamos haciendo a un ritmo suave, de forma que no nos estamos cansando. Como todavía no hace calor, aunque tampoco hace frío, apenas nos desgastamos, en previsión de lo que vendrá:


A las 7 y 10 llegamos a una cabaña que resulta ser Manín alto:




Paisaje desde la fuente, unos metros más arriba:


La salida del sol nos sorprende en este enclave:


Sierra Redonda y Peña Arpín a la izquierda:


Panoramica
 

 Giramos en dirección norte y comenzamos a subir hacia una especie de collado bastante metros por encima; el camino sale desde la misma fuente y es evidente:


Peña Arpin a media subida:


Subimos hacia la pared de roca que delimita la entrada a un altillano desde donde deberemos continuar subiendo hacia el Cuchillar:


Alfredo y Patxi en el sendero de subida:


Mirada atrás; lo que llevamos subido:


Falta poco para el collado:


 A las 8 alcanzamos el collado. El ritmo ha sido pausado pero bueno, y llevamos un horario excelente, que luego se nos vendrá abajo:


Retrato con la cima (o antecima) al fondo:


 Cuenca que hemos alcanzado, totalmente nevada. La cumbre aparece en el centro.



Comenzamos a subir (foto de Patxi)


Vamos abriendo huella trabajosamente, ya que aunque en un principio parecía que sí que había, de repente desaparece. El esfuerzo se multiplica, y nos vamos turnando en la dura tarea:


Todavía no hemos alcanzado el Cuchillar (cresta). Patxi, unos metros por debajo:


Y aquí por delante (nos ibamos turnando cada poco tiempo para evitar quemarnos en exceso).


Panoramica durante la subida a la cresta:
 

 Ya faltan pocos metros para alcanzarla:


Mirada atras:


Mirada adelante (foto de Patxi):


Ohhhh: el Siegalavá. Que bonita montaña:


Al fondo (muy al fondo) aparecen los Fontanes:


Aprovechamos una calva en la nieve para descansar un rato, y comer algo por primera vez en el día. Son las 9 y 20. Hemos tardado casi lo mismo del inicio al collado que del collado aquí.


Y comenzamos la ascensión por la cresta, al principio muy fácil, incluso vamos buscando zonas sin nieve, muy pegados a la caida de la izquierda:


Pero poco a poco la cosa se pone peor, y no es posible seguir por el filo, de forma que tenemos que pisar nieve.... y claro, abrir huella:


Aprovechando algún tramito sin nieve:


Subiendo:


Alfredo abriendo huella


Parecía que nos acercábamos a la cima. Nada más lejos de la realidad. Detrás de esa antecima, quedaba todo lo peor:


Preparándonos para uno de los tramos más difíciles (foto de Patxi):






Subiendo el pequeño murete de roca (se complicó por el estado de la nieve):




Patxi negociando el mismo tramo:



 panorámica desde la cresta
 

En la cresta (fotos de Patxi)



Pero tras superar las antecimas, vemos que aun queda mucha tela que cortar... y va a ser bastante más difícil:


Subiendo:


Foto de Patxi:


Nos encontramos con un tramo muy estrecho, con cornisa hacia la izquierda (caida menor, pero peor calidad de la nieve), y con mucha inclinación y una caída de ordago hacia la derecha. Venía tirando yo, pero aquí le cedo los "honores" a Alfredo, para que en este tramo, más peligroso que difícil, sea él quién abrá huella:




Que sensaciones en esos momentos (sacamos el piolet para mayor seguridad, aunque sin ponernos crampones, ya que el estado de la nieve no lo exigía). Realmente la parte jodida la hizo Alfredo, porque con la huella era muy fácil (prohibido resbalarse o tropezarse claro, porque aparecías en el fondo de la cara norte). Tras la primera cornisa, la segunda, la cual Alfredo negocia también por la derecha (la de la caida de órdago hacia la cara norte):


y aun una tercera cornisa, que en este caso, dada la inclinación hacia la derecha(la de la caida de ordago), decide prudente y sabiamente pasarla por la izquierda


Que bonita era la cresta, y que sensaciones daba cuando estabas en ella:


Mirada atrás. Por ahí hemos venido. Alfredo y Patxi comentan que les recuerda salvando las diferencias al Monte Rosa... je, je, je... que más quisiera yo, que irme alguna vez a esos 4000s de los Alpes.


¿Se han acabado las dificultades? No, queda el tramo final de cresta... Uff, aquí hubo algún momento de tensión. Yo a falta de 20 mts estuve por proponerle a Alfredo que lo dejáramos, que ya habíamos hecho cima.


Tocando la cima, para mi el tramo más vertiginoso. Unos 20 mts por la vertiente norte de flanqueo, con caida directa al embudo de la cara norte, caida sin paracaidas, vamos.... Alfredo sigue la huella de un rebeco, unos metros por encima de donde pasó quién sabe a qué hora.


Tocando la cima con las manos:


PEÑA RUEDA (2152 MTS). Son las 11 y 25. Hemos tardado ¡¡¡¡5 horas!!!!


Cuanto más cuesta una cima, mejor es el sabor al culminarla.  Aquí con los Fontanes como fondo


zoom sobre los Fontanes. Quedan anotados, como la Peña Ubiña, como el Siegalavá:


Esta es la Peña Ubiña:


Otra con la cresta de fondo:


Y esta sin bicho:


El Gamoniteiro (creo)


Fontanes y Peña Ubiña:


Siegalavá:


Más, falsa panorámica con los Fontanes



Y más, el Siegalavá.
 

Panorámica desde la cima:



Patxi comienza el descenso hacia una antecima que queda al sur:


Donde nos saca a Alfredo bajando y a mi en la cima:


La cima vista desde el sur:


Deliberando qué hacer. La duda, bajar hacia el sur, hacia los puertos de Agüeria, o volver por donde hemos venido.


La bajada hacia los puertos de Agüeria, por el canalón de los Mirios; muy pendiente pero factible. Lo que no nos convencía era como estaría la nieve abajo. Y si no hay huella, el camino podía ser muy perdedor. Además, más largo, con lo que nos podemos meter en un horario inasumible:


La otra opción bajar por el vaso de Rueda al collado. No hay huella, y la nieve está muy pesada. Así que se impone el volver por donde hemos venido.

Una última foto a los Fontanes y Peña Ubiña, que casi se pueden tocar con la mano:


La muralla de los picos del huerto del diablo (entre otros).


Así que volvemos sobre nuestros pasos a la cima, y comenzamos a realizar a la invesa el camino de subida, admirando primero las cornisas que hemos superado en la subida:


Y bajando por la cresta, ahora mucho más fácil por la huella que hemos hecho a la subida, y que ha sido aumentado por el buen número de montañeros que va subiendo por detrás nuestro:


Descenso:


Nos cruzamos con varios montañeros que van aprovechando nuestra huella de la mañana:


Llegando al collado. Abajo se vislumbran los prados de la fuente de Manin alto:


Más cerca:


Una vez abandonada la nieve, ya todo es más fácil:


En la cabaña de Manín algo, Alfredo nos da una agradable sorpresa: ha cargado con una botella de vino toda la subida. La podía haber dejado aquí, pero claro, en principio pensábamos volver por los puertos de Agüeria, así que ha cargado con ella todo el día.

Después de comer y beber y quedarnos a gusto, queda todavía un ratito de bajada. Atravesamos las campas de Manín bajo, que esta mañana ni hemos visto:


Bajando hacia Lindes, los preciosos paisajes se suceden:


Y no dejan de sucederse:


Llegamos a Lindes a las 3 y 25, tras 9 horas de ruta, con paradas incluidas y comida, pero 9 horas al fin y al cabo.




Nos cambiamos y nos montamos en el coche, y antes de llegar a Cortes (siguiente pueblo) desde la misma carretera, contemplamos una nueva y sugerente imagen de esta magnífica montaña:


Primera salida realmente seria del año. El recorrido son unos 10 kms ida y vuelta, y el desnivel 1250 mts (de 3 horas  a 3 horas y media teóricas sin nieve). Pero claro, la nieve y sobre todo su estado, nos destrozaron los horarios.

La cresta es escabrosa, aunque realmente difícil lo que se dice difícil no es. Hay algunos pasos, como ya he indicado más peligrosos y espectaculares que difíciles en sí. Eso sí, no permite errores ni caidas tontas. No usamos los crampones, pero con nieve nunca dejaría de llevarlos, aunque sea para llevarlos de paseo. El piolet lo sacamos solo al final, pero tampoco me lo dejaría en el coche si voy a pisar nieve.

Preciosa montaña, eclipsada por sus poderosos vecinos, los picos del macizo de Ubiña, pero con una gran personalidad propia.

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