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sábado, 2 de abril de 2011

SAN DONATO: PROA AL VALLE DE LA SAKANA

Quienes hayan ido por la autopista que une Vitoria con Pamplona a través del valle de la Sakana, habrán disfrutado con las grandes elevaciones a uno y otro lado del mismo: Aratz, Aralar, Urbasa, Andia. Pero sin duda lo que más les habrá llamado la atención, como a mi, es una increíble proa que se eleva, imponente, a la altura de Uharte Arakil. Hablo, como no puede ser de otra forma, de Beriain, más conocido como San Donato, por la ermita que existe en su punto más alto, dedicada a este santo así como a San Caietano.


Esto es lo que se ve desde la carretera, de una larga serranía que se desgaja del conjunto Urbasa-Andia, y que da lugar al profundo valle de Ergoiena. Toda esta sierra, conocida como Sierra de San Donato, aun perteneciendo a Andia, esta defendidad por elevados murallones de piedra, que la hacen parecer inaccesible desde el valle. No obstante, se sube, y además, y aunque parezca increíble, caminando, por un sendero que serpentea desde el pueblo de Unanue, o desde el propio Uharte Arakil, por la vertiente opuesta.

Más complejo puede parecer el acceso por ese increíble espolón oeste, llamado Ihurbain:


Pues bien, la grieta que se ve en el centro, conocida como grieta o canal de Ihurbain, permite acceso "relativamente" fácil a la cima de este monte, y desde ahí a Beriain. Digo lo de realtivamente porque según me he informado presenta pasos de II+, e incluso III, lo cual la hace asequible a montañeros experimentados sin necesidad de material de escalada.

La primera idea que me había planteado era subir por la grieta, pero al llegar a Unanue, dos razones me han hecho desistir. La primera, que como de costumbre últimamente, he venido solo. El grupito que había hecho de asiduos se ha ido deshaciendo por obligaciones familiares, y el único asiduo soy yo; tendré que pensar en buscarme otro grupo. La segunda, el fortísimo y molesto viento que me sorprende al llegar a Unanue. Ambas razones hacen que por una cuestión, que en leguaje montañero llamamos prudencia, y en román paladí, canguelitis aguda, decida que otra vez será cuando intente la canal, y subo por la normal, que a priori, y visto lo que sopla Eolo, puede complicar incluso el ascenso por la misma (luego comprobaría que por este lado la subida no es más que caminar, con la única dificultad del fuerte desnivel).

La ruta parte de Unanue, pueblito en el valle de Ergoiena. Tenemos que coger la salida de la autopista, justo después de la que indica a Andia (hay que tener paciencia, y yo me equivoqué y me dirigí a Lizarraga). La salida buena es la siguiente, y luego sólo hay que seguir las indicaciones. Yo dejé el coche en el pueblo (no me gusta meterlo por pista), pero se puede subir mucho más arriba por la misma, y dejarlo a la altura de la fuente.

Desde Unanue, Beiriain nos ofrece ya bellísimas estampas:



La pista me lleva a la fuente de Iturtxiki (donde se puede dejar el vehículo), y en seguida un sendero con una gran hito parte a la izquierda, desde donde podemos obserbar mucho más cerca la proa cortando el viento que arrecia a medida que gano altura.


Enseguida me meto en un hayedo, que pese a haber sacado miles de ellos, no puedo dejar de fotografiar. Por cierto, que aquí la primavera está bastante más retrasada que en la costa vizcaina y cántabra, por donde anduve ayer.


A la salida de este bonito bosque, el viento molesta aun más (el día es francamente desagradable para andar por el monte). Pero aun así capto preciosas estampas del valle de la Sakana, con los acantilados de la sierra de Urbasa


el puerto de Lizarraga, por lo tanto, Urbasa a la derecha y Andia a la izquierda


Y frente a mi el paredón que hace que me pregunte, ¿por donde c*** se sube esto? Más aun con el aire que está pegando y que casi casi te tira para abajo por momentos.

Pues no es tan fiero el león como lo pintan, porque el camino supera sin problema alguna la barrera rocosa, se entiende que sin problema técnico, porque la subidita se las trae en cuanto a desnivel. En este tramo, debido a lo molesto del viento, no hice ninguna parada, subiendo a tren, despacio pero constante, hasta ganar la cresta cimera, que hacia la izquierda se estrecha camino de Ihurbain (y la grieta), pero hacia la derecha se ensencha, haciendo que llamarle cresta pierda el sentido.

Decido girar a la izquierda, hacia Ihurbain. La cresta se estrecha, pero en ningún momento lo suficiente como para dar sensación de patio. Tan sólo hago un pequeño destrepe (que ni merece tal nombre), para evitar acercarme demasiado al cortado de la derecha, dado el viento que sopla cada vez con más fuerza, que hace que no me quiera exponer lo más mínmo.

En hora y media, a las 11:00, estoy en Ihurbain (1416 mts)


Si hubiese habido niebla, hubiera asistido al espectáculo fantasmal de la jornada. Un señor de avanzada edad viene a mi encuentro. Sólo ha podido subir por la grieta. Le pregunto, y me dice tan tranquilo que no está tan mal, y que él ya subió ayer por el mismo sitio. Algunos nos pasamos toda la vida persiguiendo un objetivo que nos parece inalcanzable, y para otros es como bajar a comprar el pan a la tienda de la esquina y volver a subir a casa tan campante. Le saque una foto en el buzón, y en seguida puso rumbo a San Donato. Menuda máquina.

Desde Ihurbain, se ve lo que queda hasta San Donato


Me arrastro por el suelo para acercarme al cortado, y poder sacar el "vuelo" que tendrías desde aquí, y más con el vedaval que sopla furioso.


Y sin perder mucho tiempo, porque hace un frío que pela, y el viento no cede en su empeño de jorobarme el día, dirijo mis pasos hacia San Donato, admirando los cortados a mi izquierda


Más cerca


Justo antes de hacer cima, esta especie de balcón al vacío, menudo salto de lado a lado.


Llego con más hambre que verguenza, y muerto de frío, a las 11:30. Ni saco fotos, y me meto al interior de la ermita, donde hay una especie de refugio. Varias son las personas que se han refugiado aquí. Aprovecho para cambiarme la camiseta empapada, y hacer una comida muchísimo más copiosa de lo que acostumbro cuando salgo de monte. De hecho casi me quedo sin nada de reserva; pero es que he llegado famélico. Al otro lado de una puerta candada, los santos Donato y Kaietano descansan vigilando por la seguridad de los que se aventuran por estas montañas.


Salgo de mi refugio y aunque el viento sigue soplando con ganas, el día parece que ha mejorado (he estado más de media hora dentro, también algo inusual en mi). Impresionantes vistas sobre Urbasa-Andia


Hacia Ihurbain


Y hacia el este, donde la cresta que viene desde Ihurbain, se abre en dos, conformando un valle suspendido entre ambas. El brazo izquierdo (norte) alcanzará la cota de Amorro, y continuará más allá conformado la sierra de Satrústegi, que también forma parte del macizo de Aralar. La cresta derecha avanza hasta la máxima altura en Lezitza, que cae a pico sobre el barranco homónimo. Este es mi siguiente objetivo del día.


La ermita, dedicada a los santos Donato y Kaietano.


En el vértice hago una foto a unas simpáticas chicas (que envidia siento cada vez que veo a chicas subiendo al monte, sabiendo que no he sido capaz de conseguir que Eva se acabe aficionando y me pueda acompañar en estas salidas). Ellas también me sacan a mi. Cima de Beriain (1493 mts)


Al salir tenía pensada una circular, bien bajando por el puerto de Uharte, y la cara norte de la sierra, para luego volver a Unanue. No me fiaba mucho porque el recorrido transitaba por caminos no marcados en el mapa, y siempre que me aventuro en algo así, acostumbro a salir escaldado. La otra era seguir la ruta hacia el este, buscando Lezitza, y así hacía la tercera cima del día. Lo cierto es que durante la subida, y sobre todo, justo antes de llegar a Beriain, tenía decidido acortar la jornada y volver por el mismo sitio, habida cuenta de lo desagradable que está el día, y que estoy pasando bastante frío (no he venido con ropa de abrigo, pensando que el día sería espléndido, y sólo he metido un cortavientos en la mochila).

Sin embargo, después de comer, me quedo contemplando el valle suspendido que tendría que recorrer, y al final me decido a no dar por concluido el día; y es que el dicho de que las penas con pan son menos, tiene más razón que un santo. Comienzo a bajar, y ahí atrás dejo la ermita


Voy bajando por el camino, pero este va pegado a la izquierda, y yo tengo que girar a la derecha. Así que me salgo, y voy buscando los sitios más cómodos para progresar, mientras Beriain se va perdiendo de vista.


Todo este tramo por el valle suspendido me encantó. Estaba solo y no me crucé con un alma. Lo evidente del camino a seguir hace que disfrute más de esta travesía. Y además aunque el viento sigue soplando, el sol se ha decidido a salir, y ya no tengo frío. Hay que ganar la cresta derecha, y luego ir por los pasos que se vean más cómodos. No es necesario ni trepar, caminando se gana la última cima del día sin problemas de ningún tipo. Alcanzo esta, aproximadamente 45 minutos después de salir de Beriain (12:45; 3 horas y cuarto desde la salida, pero he parado media hora para comer). Lezitza (1350 mts)


Beriain aparece muy lejano


Desde la cima, se ve claramente el camino que tenemos que coger para volver a Unanue


Para bajar a ese camino, la opción menos cabrera sería volver al camino que he obviado hace rato. Eso me llevaría a perder bastante cota, y además dar un gran rodeo en busca de los altos de Goñi, donde el camino gira hacia el oeste. La otra opción es seguir la cresta, y a ver si hay suerte y encuentro algún paso o canal practicable.

No sé si habrá antes, pero la cresta cede, y lo que queda es una ladera muy empinada, pero que se baja sin problemas. Esto es lo que hago, apareciendo en el camino anterior, poco antes de una valla que da paso a la pista.

El día ha mejorado (aunque sigue soplando el viento, que ahora incluso se agradece porque el sol aprieta), y me permite bonitas estampas, en este caso de la muralla de san Donato


A partir de aquí, sólo queda seguir la pista, que en hora y media aproximadamente me deja en Unanue. Esta es la parte más pesada del camino, pero es lo que hay. De todas formas me permitió sacar varias bonitas fotos:

Habitantes de Andia


Barranco de Leziza


Murallas rocosas de San Donato


Torrano-Dorrao


La proa de Ihurbain


Otra estampa primaveral, con la sierra de Andia como telón de fondo


Y pese al cansancio, no pude contenerme a esta imagen, y me puse a intercambiar objetivos en la camara, para poderla hacer con el tele:


Al final llegué a Unanue tras 5 horas y cuarto de excursión (14:45), con paradas incluídas, y la media hora de comida en san Donato. Poco cabe añadir. Esta montaña, según Mendikat es la que tiene mayor prominencia en toda Navarra. Y pensemos que Navarra tiene montañas 1000 mts más altas (la Mesa de los 3 reyes alcanza 2444 mts, frente a los 1493 mts de Beriain). Se mire por donde se mire es una montaña excepcional, y que permite gran número de variaciones, desde algo fácil, como es la subida por donde yo la hice, hasta la grieta; y supongo que habrá abiertas auténticas vías de escalada. Este es el croquis de la salida:


Para acabar, una despedida de esta majestuosa montaña, a la que espero regresar no dentro de demasiado tiempo.

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