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viernes, 7 de agosto de 2009

GR-11: ETAPA 5: PANTICOSA-SALLENT DE GALLEGO

Madrugón para afrontar la etapa reina. Los reyes de Panticosa se despiden de nosotros:



El camino comienza a subir rápidamente en medio de una sinfonía de agua y roca:




Al de una hora aproximadamente alcanzamos los embalses de Bachimaña bajo y alto, los cuales bordeamos por su izquierda. Una vez superado el segundo, el camino vuelve a empinarse hacia los ibones azules y gira claramente hacia el oeste. Llegamos a estos ibones al de dos horas aproximadamente, con los infiernos presidiéndolo todo:



Enseguida alcanzamos el ibon azul superior. El día cada vez se va cerrando más.



A partir de aquí comienza una durísima subida, bordeada de neveros, incluso alguno lo tendremos que atravesar. Por fin llegamos al cuello del infierno, a 2721 mts.



Desde aquí sólo queda flanquear en pequeña subida hasta el collado de Tebarray, a 2782 mts, punto más alto del GR-11, si bien nosotros alcanzamos los 3000 por el desvío para llegar a Robiñera. El Balaitous no se deja ver, cubierto por la nubes:



El descenso del collado es muy peligroso. No es difícil (otra cosa será con nieve), pero hay mucha roca suelta y es fácil arrojarla sobre los que se encuentren más abajo (o que ellos te las lancen a ti). A partir de aquí largo descenso hasta el circo de Piedrafita y el embalse de Respomuso. Nosotros decidimos ir por la margen izquierda, si se va o se quiere visitar el refugio hay que ir por la derecha. El lugar es espectacular:



Al haber ido por la izquierda vamos a tener que pasar por debajo de la presa del ebalse para retomar al camino que nos llevará al embalse de la Sarra.



La bajada nuevamente se nos hace eterna, aunque los lugares que pasamos son preciosos, hasta entrar en un nuevo bosque que nos protegió de la lluvia, ya que cerca de la Sarra comenzó a llover con fuerza, lo que nos obligó a sacar la ropa impermeable, olvidada en el fondo de la mochila desde el día de Robiñera (y este día fue por el frío y no por la lluvia). Imaganes del descenso:




En el comienzo del ebalse de la Sarra hay un bar, donde aprovechamos para comer, a una hora un poco tardía, pero qué importa si estás en buena compañía. Tras la comida continúamos hasta Sallente, y de nuevo se nos hizo más largo de lo que creíamos; al entrar en Sallente, un nuevo chaparron se precipita sobre nosotros, haciendo que tengamos que buscar refugio a pocos metros del hotel.

En Sallente dormimos en hotel, y pese a que pensábamos hacer una 6ª etapa hasta Candanchú, mis compañeros decidieron no seguir, habida cuenta de que la previsión meteorológica era muy poco halagueña. Se impuso la democracia, y al día siguiente cogimos el autobús a Sallente y de allí a Jaca, para volver al coche y a casa.

Esta fue nuestra experiencia este año. El año que viene nos sé si me lanzaré a hacer otro tramo del GR-11, o si preferiré algo más montañero, con más cimas. En cualquier caso, habrá tiempo para retomar el GR-11 y hacer nuevos tramos del mismo.

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