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martes, 4 de agosto de 2009

GR-11 DIA 2: REF. PINETA-GORIZ

Etapa corta, pero con desnivel brutal. Sólo la subida al collado de Añisclo son 1200 mts. Y se hacen nada más salir y en un espacio cortísimo. Tras el desayuno echamos a andar y el circo de Pineta nos regala esta imagen al cruzar el Cinca:



Sin apenas tiempo a calentar los músculos comienza la subida, así de repente; y en 3 horas y media no vamos a tener un respiro, ya que la subida prácticamente no da un sólo momento de tregua. Sí, ahí arriba vamos:



El camino es evidente: Too parriba hasta reventar. En 3 horas y media, con un sufrimiento tremendo en las piernas y un montón de improperios al que diseñó la ruta (es que Peli no estaba muy acostumbrado a estos deniveles, je, je, je) alcanzamos el collado. Han sido 3 horas y media sin tregua. desde el collado contemplamos Lalarri (por donde vinimos el día anterior):



Y la bajada hacia la Fonblanca con el inicio del Cañón de Añisclo:



En el collado surge la duda: vamos por la faja de la punta de las olas o bajamos Fonblanca para luego remontar al collado de Arrablo. La faja de las olas tiene un punto delicado, equipado con cadenas y clavijas. Yo creo que no es complicado, salvo que esté mojado o con nieve, y el día es expléndido, pero le dejo la decisión a Peli, que es el menos montañero. Y su decisión es bajar a Fonblanca, lo que nos va a suponer perder unos 800 mts, y tenerlos que recuperar posteriormente para llegar a Goriz; pero me amoldo a la decisión del menos experto.

Decir que pese a la paliza, creo que fue un acierto, ya que la Fonblanca me pareció un paraje precioso, idílico y muy poco explotado por la actividad turísitica, al ser un rincón al que para llegar es necesario como mínimo 4 horas de caminata (por el cañón de Añisclo); las otras opciones si no me equivo son más largas aun, lo cual hace que sea muy poco visitado.

De todas formas me he adelantado, ya que falta la bajada por un barranco precioso, acompañados siempre por un arroyo que hace unas cascadas y pozas, que te hacen pensar que estás en un parque acuático, más que en plena montaña:




Al llegar abajo del todo, vemos la cascada de la Fonblanca, la cual sale directamente de la roca de la montaña, y desciende hasta juntarse con el arroyo que hemos venido siguiendo, formando otra cascada y una profunda poza atravesada por un puente de hierro; pese a la temperatura del agua, me di un baño en esta piscina natural, porque la tentación era demasiado para no aprovecharlo:



Después de un buen rato en este precioso enclave, volvemos a la ardua tarea de remontar el barranco de la Fonblanca hasta el collado de Arrablo, y aquí sí que nos acordamos de Peli y su "decisión", ya que el cansancio hace importante mella. A lo largo de la subida hay que afrontar 3 trepaditas sumamente fáciles, pero la última de ellas te desmoraliza, ya que te encuentras con una enrome muralla, y piensas que el collado está detrás, pero cuando la superas, te encuentras que el collado está a más de media hora de camino. Estuve a punto de vivaquear aquí (no teníamos sitio en Góriz), y si hubiesemos tenido provisiones, creo que aquí me hubiese quedado.

Al final llegamos a Góriz, después de 10 horas andando, 2000 mts de desnivel positivo y 800 negativo, en apenas 11 kms lineales. Al llegar disgusto, es muy tarde, y no queda sitio para la cena (y eso con el hambre que traemos). He entrado con Andres al refugio a preguntar y le veo en la mirada vidriosa que si por el fuera se comía al del refugio. Eso sí, es posible que tengamos cama, pero francamente más importante me parecía el comer algo.

A las 9, pinteando unas gotas de lluvia, y tras buscar algún sitio para vivaquear en el masificado entorno, nos dicen que tenemos alojamiento (aleluya) y que nos pondrán algo caliente para cenar. El plato caliente consistió en unos garbanzos aguados para nosotros 3 y otros 3 franceses que estaban en la misma situación que nosotros. Hacía más de 20 años que no comía garbanzos, pero estos me supieron a gloria con el hambre que traíamos (había decidido ir sin comida en la ruta, y con sólo barras energéticas; creo que me equivoqué, y que es preferible algo más de peso, y comer en condiciones).

Finalmente la noche quedó magnífica. Lo sé porque me levanté a las 3 para ir al baño (bueno, los baños estaban bastante mal, ya se encunetran en unos barracones de obra, o sea, que al final al aire libre), y la noche era preciosa, sin nada de frío. Creo que hubiéramos dormido mejor fuera que en el refugio, donde el calor era agobiante.

Al día siguiente nos espera una jornada más tranquilita que nos llevará a Bujaruelo.

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